USO DE LA TOXINA BOTULÍNICA EN MEDICINA ESTÉTICA
La toxina botulínica es una herramienta terapéutica principal e imprescindible en nuestra consulta diaria, básicamente por ser un producto inocuo, de efectos rápidamente visibles y sorprendentes. Para el terapeuta la ventaja de su aplicación esta en un tiempo de aprendizaje relativamente corto. Las indicaciones básicas para su uso son para la zona del tercio superior de la cara.
La neurotoxina actúa sobre las terminales neuromusculares colinérgicas, esto es sobrelas fibras musculares motoras, su función es paralizar la contracción muscular, su efecto por lo tanto será paralizar o relajar los músculos sobre los que actúa, actuará en los músculos, pero también en las glándulas sudoríparas y en las glándulas sebáceas, dependiendo de la profundidad a la que la inyectemos.
Los efectos paralizantes de la toxina son dosis dependientes empiezan a producirse entre las 24 y las 48 horas posteriores a su inoculación, llegando a su efecto máximo entre los 5 y 7 días después de la inyección. Ante la denervación química, el axón comienza a producir neo formaciones en forma de brotes, desarrollándose nuevas terminales nerviosas con receptores de acetilcolina, situados fuera de la unión neuromuscular paralizada. Estos brotes están desmielinizados inicialmente, empiezan a formarse a las 48 horas de la paralización, completándose su operatividad en los siguientes 3 meses. Pasados 6 meses de la parálisis provocada por el contacto con la toxina, la placa motora recupera su función normal, desaparecen los brotes y la placas
de contacto neo formadas, recuperándose la contracción muscular normal.
Tipos comerciales de toxina botulínica
Después de trabajar mucho tiempo sin toxinas comerciales específicas para uso en estética disponemos en estos momentos de 3 posibilidade diferentes. Son toxinas diferentes y de distintas casas comerciales aunque lo importante, que es la molécula activa, es exactamente igual para las tres.
VISTABEL®(Botox): Toxina botulínica tipo A fabricada y comercializada por laboratorios Allergan. Es la primera toxina comercializada para uso estético en Europa, tiene el mismo nombre para toda Europa excepto Italia, en donde se denomina Vistabex.
AZZALURE®: Toxina botulínica tipo A fabricada por laboratorios Ipsen en Inglaterra ycomercializada en España por Galderma. Esta toxina proviene de la toxina aprobada para uso hospitalario denominada Dysport.
BOCOUTURE®: Toxina botulínica tipo A fabricada por el laboratorio Merz Pharmaceuticals de Frankfurt/Alemania. Su precedente es la toxina botulínica
aprobada para uso oftálmico denominada Xeomin.
Aplicaciones cosméticas
La neurotoxina actúa sobre las terminales neuromusculares colinérgicas, esto es sobre las fibras musculares motoras, su función es paralizar la contracción muscular, su efecto por lo tanto será paralizar o relajar los músculos sobre los que actúa, actuará en los músculos, pero también en las glándulas sudoríparas y en las glándulas sebáceas, dependiendo de la profundidad a la que la inyectemos.
Aplicaciones básicas
Líneas del entrecejo (región glabelar)
Patas de Gallo (región periocular)
Líneas horizontales de la frente (región frontal)
Aplicaciones avanzadas
Arrugas del párpado inferior
Líneas perinasales (Bunny)
Arrugas perilabiales
Sonrisa gingival
Comisuras bucales descendidas
Contracción del mentón
Cuello (bandas platismales)
Historia de toxina
Los primeros indicios de botulismo como enfermedad se remontan a Oriente Medio, durante el reinado del emperador de Bizancio, León VI (886-911), el cual prohibió la preparación y venta de morcilla (botulus) por asociarla con una enfermedad de muy grave pronóstico. Se le llama también alantiasis por aparecer asimismo después de la ingestión de salchichas (alantos en griego) contaminadas. El estudio de la bacteria causante de la enfermedad no comenzó hasta 1896. Se le atribuye a Emile van Ermengem, discípulo belga de Robert Koch y Claude Bernard, el descubrimiento de la toxina botulínica a partir del aislamiento de un bacilo anaerobio esporulado. Lo nombró Bacillus botulinus. En 1920, al ser ya considerado un anaerobio estricto, el bacilo fue transferido por Holland al género Clostridium, siendo llamado desde entonces Clostridium botulinum. En 1970 se aisló el último de los ocho serotipos de toxina botulínica que se conocen hoy.
La toxina producida se conoce como exotoxina porque se libera de la bacteria intacta. Se conocen 8 toxinas: tipo A, B, C, C2, D, E, F y G. Los tipos A, B y E son las más comúnmente asociadas con botulismo clínico en humanos. La tipo A es la más ampliamente usada en medicina clínica y es la única disponible comercialmente. Los tipos B y F están siendo estudiados para ser utilizados en los pacientes que desarrollan anticuerpos frente al tipo A.
En 1946 el tipo de toxina A se purificó por primera vez en forma cristalina por el Dr.Edward J.Schantz en Camp Detrick, Maryland. Fue el trabajo histórico del Dr. Schantz lo que constituye la base de nuestras experiencias en la actualidad. En la década de 1950 el Dr. Vernon Brooks indicó la posible aplicación terapéutica de esta toxina en el tratamiento de músculos hiperfuncionales.
A fines de la década de 1960 fue la investigación del Dr. Alan B. Scott (Smith-Kettlewell Eye research Foundation de San Francisco) para encontrar una manera de tratar estrabismo causados por parálisis muscular, contactó con el Dr. Schantz y su toxina. Así comenzó la era de la Toxina como sustancia para ser utilizada en la terapéutica.
El descubrimiento de la Toxina Botulínica para uso estético se llevó a cabo de forma totalmente accidental, a manos de una doctora, Jean Carruthers, en 1987, cuando estaba tratando a una paciente que sufría blefaroespasmo con la toxina botulínica tipo A. Notó que, a la vez que se solucionaba la contracción del párpado, desaparecieron las arrugas del entrecejo y de la patas de gallo mostrando la paciente un aspecto mucho más joven.
Jean Carruthers y su marido, cirujano estético, emprendieron una investigación sobre 30 pacientes, que duró 3 años, y que sirvió para presentar ante la Academia Americana de Dermatología, el primer estudio de seguridad a nivel mundial de la utilización de la Toxina Botulínica-cosmético.
A partir de entonces, el uso de la toxina botulínica se ha extendido con gran éxito por más de 70 países, en los que numerosos informes científicos han avalado sus resultados, seguridad y los beneficios de este tratamiento comparado con otros.
En 1995, se publican los primeros estudios comparativos entre dos productos destinados a la misma técnica, Botox y Disport.
En la actualidad hay tres marcas autorizadas en España, de Toxina Botulínica A, para su uso en estética, Vistabel, Azzalure y Bocouture.